jueves, 15 de marzo de 2012

El candidato del PANAL


No es posible pretender desconocer que el origen del PANAL es la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo, quien al amparo de la impunidad y la concertacesión con los poderes en turno, utilizó al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) para lograr sus ambiciones políticas.

Hasta la fecha, vende sus servicios electorales al mejor postor. Sin embargo, en una aparente ruptura con el PRI, ahora ha decidido lanzar un candidato a la presidencia de la república y el elegido es Gabriel Quadri, quien comenzó su aventura política declarando que no conoce a la Sra. Gordillo (¿?)

Al señor Quadri, de ninguna manera se le percibe como un contendiente electoral, sino como un instrumento político de negociación y contrapeso ad hoc a los intereses de la lideresa magisterial. Imposible creer que esto le es ajeno al aspirante.

En la entrevista realizada hace unos momentos por Carmen Aristegui, Gabriel Quadri comentó que su candidatura fue cocinada en el ambiente perfecto: una cena entre cuates que se reúnen de vez en vez para comentar libros. Uno se pregunta entonces ¿Y la militancia del PANAL?

Por otro lado, en el marco de esa entrevista, reveló datos que son sumamente interesantes porque develan dos posibles escenarios:

1.- Que el señor Quadri no sepa que el PANAL es un partido que nació, creció y se reprodujo amparado por la corrupción reinante en el SNTE, donde el margen de operación política recae sobre los puestos jerárquicos otorgados a aquellos docentes que se distinguen por su lealtad a toda prueba a los intereses de la lideresa magisterial, no así por su preparación académica o aprovechamiento escolar.

Por eso causa ternura, por decir lo menos, escuchar que el aspirante presidencial promoverá en el sistema educativo, los exámenes de oposición y se opondrá a la venta de plazas.

Que alguien le explique por favor al señor Quadri que sin la opacidad y la corrupción en el sistema educativo, el partido político por el que contiende a la presidencia de la república, simplemente no existiría.

2.- Que aún sabiendo todo lo anterior, el señor Gabriel Quadri crea firmemente que puede representar una opción de cambio y vender la idea de que los líderes del partido son unos y él es otra cosa totalmente diferente.

Que alguien le explique por favor al señor Quadri que es imposible observarlo a él, sin que el inconsciente colectivo mexicano asuma que él y la señora Gordillo son la misma persona.

En ambos casos, el asunto es grave.

No se puede participar en una contienda electoral pecando de ingenuo o dominando ese particular doble discurso propio de la clase política mexicana

Y uno no deja de preguntarse ¿esto es democracia? ¿por esto pagamos tanto los mexicanos? ¿qué hacer para trascender toda la simulación detrás de las contiendas electorales?

Para Ripley, sin duda.

¿Usted qué opina, estimado lector?

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